Ayer se efectuó un debate en el que los candidatos a presidir el Comité local, Trotta y Grafeuille expusieron sus propuestas de cara a las elecciones internas partidarias del próximo domingo. Además, hubo espacio para la chicana.
Dos exponentes de la Unión Cívica Radical de Lomas de Zamora debatieron ayer en los estudios de Radio GPS en el marco del programa radial Sin Retorno, en lo que fue una oportunidad para dar a conocer sus motivaciones, ideas y propuestas de cara al afiliado que el domingo próximo erigirá el nuevo cuerpo que conducirá el Comité local.
Se trató de la presencia de Alejandro Trotta y Diego Grafeuille quienes, siguiendo un estricto reglamento, tuvieron su tiempo para hablar sobre el rol partidario, la relación con JxC, sus visiones del bloque opositor en el HCD, la concordancia con el oficialismo del FdT y hasta hubo un tiempo en el que los candidatos aprovecharon y se cruzaron.
Si bien el debate fue ameno, amable, sin sobresaltos, el recorrido de los temas encontró tanto a Trotta (Evolución) como a Grafeuille (Adelante Buenos Aires) con coincidencias pero también con matices que se evidenciaron casi al final del debate, que se extendió casi por hora y media, con una propuesta de reloj en el que podían aprovechar el tiempo para cuestionar elementos de cada sector que representan.
Fue así que en torno a la premisa de exponer puntos de vista en torno a la relación con JxC, Trotta reconoció que el centenario partido durante el gobierno de Mauricio Macri «hizo un gran aporte, aunque fue un ‘partener'».
«No sacamos del pie del plato, pero creo que se viene una etapa distinta donde el radicalismo va a estar en un pie de igualdad. Sabemos que en algunos sectores nos cuesta llegar con nuestra propuesta y tenemos que acercar las experiencias de otros integrantes de Juntos, que tienen trabajo barrial y experiencia. Eso nos va a fortalecer», señaló el hombre de Evolución.
A su vez, Graffeuille disparó: «Juntos está en este momento acéfalo en Lomas de Zamora. Ciertamente JxC no ha logrado nunca conformar una mesa local de conducción política, y delegó en el bloque de concejales esa construcción, algo que no debería ser así. Juntos se debe institucionalizar».
Seguidamente, ya trasladando la temática al plano legislativo, Poder en el que la UCR cuenta con una concejal, Fanny Vera de Evolución, se propuso un bloque para explayar visiones sobre la relación radical con el bloque opositor lomense, y Graffeuille fue tajante: «Falta una conducción y liderazgo, no podemos estar perdiendo ediles todo el tiempo. Acá hay que tener una sola voz y expresar en forma colectiva lo que la gente les instruyó, que es ser oposición».
«El radicalismo tiene que tener una posición más firme y conducir ese bloque, porque evidentemente ese bloque no está bien conducido. Nos gustaría que la concejal de Evolución podría tomar las riendas y expresar mejor esa conducción», apuntó el referente de Adelante Buenos Aires.
Recogió el guante Trotta, quien se refirió a la legisladora local: «Quiero destacar la labor que viene desarrollando Fanny, y ojalá que un futuro pueda conducir el bloque, pero hoy es una sola integrante entre seis».
Punto alto del debate se debió al cruce entre los correligionarios, específicamente cuando el candidato de Evolución, Alejandro Trotta cuestionó a Diego Graffeuille por una descalificación de la figura de Martín Lousteau al señalar «¿no somos radicales?», y como respuesta: «Tu espacio es conducido por alguien que fue ministro de CFK y votó la 125. Nosotros en ese espacio no podemos estar. No podemos dejar el radicalismo en manos del que fue ministro de quien esta sospechada de ser jefa de una asociación ilícita. Tu espacio lo lidera gente que durante 8 años militó en el kirchnerismo».
Esta embestida encontró templanza en Trotta quien argumentó que «estas son unas de las cosas que nos diferencian».
«Pensamos que no hay bolilla negra, que no hay dueños del radicalismo sino que todos somos radicales. Eso es grave y me parece que la campaña que están haciendo es descalificativa. No solo contra Lousteau sino a todos los que formamos parte de la lista. Por eso estamos del otro lado.»
Finalmente, en Sin Retorno hubo concordancia entre ambos referentes y coincidencia en ser parte de un debate que se desarrolló como estaba previsto: en forma democrática, sin censura, dando un ejemplo de civismo del cual seguramente el resto de la clase política lomense y regional ya tomó nota.