Existe un gran debate instalado entre casi todas las fuerzas políticas sobre el tema: si las FFAA deben participar en la lucha contra el narcotráfico o no; si hay que crear una agencia federal al estilo DEA; o si alcanza con las fuerzas de seguridad federales. Todas estas preguntas no impiden que mientras tanto, lamentablemente, el narcotráfico crezca en forma alarmante, como asimismo las organizaciones criminales. Una columna de opinión por parte de Fabio Abraham, analista político, Exsecretario de Gobierno, Exconcejal de Lomas de Zamora y dirigente del radicalismo.
Creer o pensar que las fuerzas de seguridad en las condiciones en que se encuentran, con las actuales estructuras, puedan combatir el narcotráfico, forma parte de una ilusión cercana al disparate. En primer lugar, aunque tienen la potestad para hacerlo, los resultados son nulos por falta de preparación, de equipamiento, a lo que se suma que sus propias estructuras están hoy infiltradas por el narcotráfico. En segundo lugar, creer o pensar que una agencia de seguridad es la solución, es una respuesta que ya dieron muchos países, y si bien inicialmente pueden dar algunos resultados, con el correr del tiempo por ser compartimientos estancos, entre otras cosas, van perdiendo efectividad, pasando a ser parte del problema.
En la actualidad ningún país que tenga una agencia de lucha contra el narcotráfico tiene resultados satisfactorios. Lo tercero que se plantea, es utilizar las FFAA. Algunos sostienen la participación de efectivos directamente y otros en utilizarlas para hacer inteligencia. En ambos casos, habría que cambiar las actuales leyes de defensa habida cuenta que los cuadros de suboficiales y oficiales de las fuerzas armadas, están preparados para otro tipo de conflictos. Su preparación no es prevenir un delito o combatirlo con el menor daño posible. Si las FFAA participaran de este tipo de conflicto, por la preparación que tienen, a mediano plazo muchos de sus miembros terminarían imputados. No es lo mismo la preparación para una guerra convencional, que la preparación para combatir un delito constante, por más terrible que sea.
Con respecto a que los militares hagan inteligencia interna sería otro error.
En lo que tendrían que participar las FFAA es en apoyo logístico (transporte terrestre y aéreo, instrucción de personal etc.), y en inteligencia exterior con los agregados militares en las embajadas de los países productores.
¿Qué hacer entonces?
La radarización de la mayor parte del territorio ayudaría a controlar el espacio aéreo y disminuir considerablemente el ingreso por esa vía.
Crear una unidad de combate al narcotráfico, con miembros de las 4 fuerzas de seguridad federales (Policía Federal, Policía Aeronáutica, Gendarmería y Prefectura).
Para ser miembro de esta unidad se tendría que priorizar a los recién egresados de las escuelas de cada fuerza o que tengan menos de 5 años de servicio. Una vez que aprueben los cursos de ingreso, dependerán de esta unidad figurando en comisión en sus respectivas fuerzas.
El tiempo de esa comisión lo tendría que decidir el ministerio de seguridad, quien debería evaluar desde actitud física y ética, hasta la idoneidad y eficiencia en el cumplimiento de la ley y los objetivos ordenados.
Terminada la comisión de un efectivo, volvería a cumplir funciones en su fuerza de origen.
Esta unidad tendría la instrucción de un cuerpo de elite (tipo el SAS Británico) pero su especificación será el narcotráfico y el crimen organizado.
La unidad tendría su propio servicio de inteligencia, que estaría circunscrito al ingreso de estupefaciente por tierra, agua y aire, al ingreso de precursores químicos, al seguimiento del dinero producto de la venta de drogas, a las cocinas o laboratorios que producen dichas drogas y al ingreso al país de bandas criminales.
Dicha unidad tendría entre 800 y 1000 efectivos, dividido en 4 compañías, una plana mayor y el departamento de inteligencia. Contar con las fuerzas de seguridad federales, especialmente con los grupos de elite de dichas fuerzas para tareas de apoyo, sin descartar la colaboración de las policías provinciales previo acuerdo con las provincia.
Para que la unidad pueda actuar en cualquier punto del País se requerirá el apoyo de las FFAA.
Mientras dure la comisión de los efectivos en dicha unidad, percibirán como remuneración 6 sueldos mínimos de la fuerza de origen.
Tenemos que tener en cuenta que por el accionar del narcotráfico y de las bandas criminales, es indispensable crear una Cámara federal (algo similar a la cámara federal Penal Decreto/Ley 19053 de 1971 pero en este caso para el narcotráfico) con exclusividad en la materia, para una resolución rápida de los hechos y para evitar las dilaciones que produce la discusión de competencia, cuando una misma banda actúa en todo el territorio Nacional.
La unidad creada, actuaría bajo la órbita de la Cámara federal creada al efecto.
Con respecto a las fuerzas de seguridad, la ventaja que tiene la creación de esta unidad, es que al estar sus miembros en comisión, no dependen de los mandos naturales, no genera conflictos internos por diferencias salariales.
Si buscamos resultados distintos, no hagamos siempre lo mismo
Es un buen comienzo para un problema muy dificil, muy clara la explicación