Integrante de la misión de Rusia en las Naciones Unidas en Ginebra, Bora Bondarev que es un diplomático de carrera, se acaba de convertir en el funcionario ruso más destacado en renunciar y criticar públicamente la guerra en Ucrania, su renuncia mostró que el descontento acecha en la burocracia rusa a pesar de la fachada de unidad nacional que el Kremlin se ha esforzado por crear.
Por: Javier Vicuña, es analista internacional, Director del Centro de Estudios de Estrategia en Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Lomas de Zamora
“Aquellos que concibieron esta guerra solo quieren una cosa: permanecer en el poder para siempre, para lograr eso, están dispuestos a sacrificar tantas vi que das como sea necesario” ha manifestado el diplomático.
El enviado climático de Putin, Anatoly Chubais, renunció y abandonó el país en marzo, supuestamente debido a su oposición a la guerra, pero nunca lo comentó públicamente. Varios periodistas de la televisión estatal rusa han renunciado, incluida una empleada que exhibió al aire un cartel contra la guerra. Y algunos líderes empresariales se han pronunciado, incluido un magnate bancario que dijo que habían obligado a realizar una venta forzosa de sus activos debido a su oposición a la guerra.
Este es el clima interno que se está viviendo en territorio ruso que nos podemos enterar, ya que la censura y control de los medios de comunicación es muy fuerte, pero queda claro que los errores que ha cometido Vladimir Putin tienen y tendrán un costo para su gestión.
Mientras tanto la guerra sigue y el ejército ucraniano recibió el obús M777 que es una pieza de artillería de fabricación estadounidense. Dispara más lejos, se mueve más rápido y se oculta más fácilmente. Y eso es lo que el ejército ucraniano ha estado esperando.
Tres meses después de la guerra en Ucrania, los primeros M777, las armas más letales que Occidente ha proporcionado hasta ahora, están desplegadas en combate en el este de Ucrania. “La artillería es en gran medida el negocio de la cantidad”, sostuvo Michael Kofman, director de estudios rusos en C.N.A., un instituto de investigación en Arlington, Virginia.
El gobierno de Hungría liderado por Viktor Orban, antiguo aliado del presidente ruso Vladimir Putin, declaró el martes el “estado de emergencia” en respuesta a la invasión rusa de la vecina Ucrania, lo que le permite al Ejecutivo tomar medidas sin consultar con el Poder Legislativo, “salvaguardar los intereses de seguridad nacional”.
Orban declaró que la guerra en Ucrania plantea “una amenaza constante a Hungría que está poniendo en riesgo nuestra seguridad física, así como la seguridad financiera y energética de nuestra economía y de nuestras familias”. Vale decir Putin está incomodando hasta a los amigos con esta guerra insensata.
La alianza Quad la conforman Estados Unidos, India, Australia y Japón, nació en 2007 con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia de China en la región Asia-Pacífico. Pero al año siguiente, Australia se retiró del bloque para no irritar a Beijing, un importante socio económico del país.
Sin embargo, una década más tarde, los enfrentamientos en la frontera entre China e India empujaron a la reconstitución del bloque, que estaba inactivo, con un mayor compromiso por parte de Australia, lo que acabó reforzando cada vez más el aspecto militar de la alianza. Los cuatro países del grupo, a los que China ha criticado por considerar que constituyen el embrión de una “OTAN del Pacífico” han tenido una reunión esta semana a partir de la visita que estuvo realizando el presidente Biden por Asia.
Este afirmó que Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán si es atacado por China, que reclama a esa democracia autogobernada como parte de su territorio. Durante más de cuatro décadas, bajo una política establecida cuando era senador, Estados Unidos ha proporcionado a la isla armas para su defensa propia, pero se ha mantenido deliberadamente ambiguo sobre si intervendría en el terreno
Por otro lado, Biden ha dicho aparentemente de forma improvisada en un discurso en Polonia sobre el presidente ruso Vladimir Putin: “Por el amor de Dios, este hombre no puede seguir en el poder”. Biden asumió el cargo con más experiencia en política exterior que cualquier presidente en décadas y había prometido más previsibilidad que su voluble predecesor Donald Trump.
En nuestra región el escenario de este domingo en Colombia donde hay elecciones presidenciales y entre los seis candidatos el centroizquierdista Gustavo Petro y el derechista Federico Gutiérrez parecen ser los más cercanos a ser electos, es el de un país donde los grupos armados han extendido su poder y las masacres y asesinatos de líderes sociales se han vuelto cotidianos.
El 2021 fue el año con más asesinatos de defensores de derechos humanos desde 2010, con 139 homicidios y 996 agresiones, según el Programa Somos Defensores. Además, hubo 96 masacres (una cada cuatro días) con 338 víctimas mortales, según el Instituto de Desarrollo de Estudios para la Paz (Indepaz).
El vacío que dejó la desmovilización de las FARC en muchas zonas tras el acuerdo de paz de 2016 no fue llenado por el Estado y dio paso a una reconfiguración de control territorial de los grupos que quedaban: la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los paramilitares del Clan del Golfo, a la que se sumaron múltiples disidencias de las FARC.
Por ello, el próximo presidente debe tomar una decisión clara: o se les combate militarmente o se negocia con ellos, porque el actual Gobierno ni negoció ni los combatió militarmente, por lo que casi se doblaron en número de efectivos los grupos armados ilegales. El narcotráfico es otro de los retos del próximo Gobierno, ya que la producción de cocaína se disparó en el país en los últimos años.